Al sudoeste de la Provincia del Neuquén en la Patagonia Argentina se encuentra una bella ciudad llamada Junín de los Andes, cabecera del Departamento Huiliches a 380 kilómetros de la ciudad de Neuquén. Este pintoresco poblado se ubica a la vera del río Chimehuín que, junto a lagos y ríos, integra el Parque Nacional Lanín. Considerada la Capital Nacional de la Trucha, brinda lugares y condiciones especiales y únicas en el mundo para la pesca de salmones y truchas excelentes en tamaño y calidad. Leer más...
Por esta razón, la boca del río Chimehuin y el lago Huechulafquen son lugares de culto para los fanáticos de la pesca. Pescadores y no pescadores se reúnen en esta zona para encontrarse con especies exóticas tales como la trucha Arco Iris, Marrón, Fontilanis y Salmón Encerrado. Los pescadores regionales y extranjeros pueden desarrollar esta actividad en sus tres modalidades: spinning, fly casting y trolling.
Junín de los Andes y sus alrededores son lugares paradisíacos donde se puede disfrutar no sólo de la pesca sino también de otra gran variedad de ofertas turísticas tales como mountain bike tours, cabalgatas, avistaje de cóndores, caminatas, caza, canopy, remo de travesía, rafting entre otras.
Otra propuesta turística del lugar es el Parque Escultórico Vía Christi en inmediaciones del cerro de La Cruz, con un trayecto pedestre de más de 2 kilómetros en donde se conjugan tanto la fé como el arte. Su significado “Camino de Cristo” se refiere a la representación de 23 momentos, los más relevantes de la vida de Cristo en estaciones en las que se fusionan componentes de la cultura católica y de la cultura mapuche, en un escenario intercultural propio del lugar.
A 41 kilómetros de distancia de San Martín de los Andes, este bello lugar, ofrece una gran variedad de propuestas de alojamiento como hoteles, apart hoteles, residenciales, hosterías, cabañas, lodges, albergues y campings; los que garantizan armonía, tranquilidad y confort para que la estadía sea para recomendar.
La gastronomía se identifica principalmente con carnes de ciervo, jabalí y trucha, cocinados y preparadas de diferentes formas: al asador, a la parrilla y hasta en embutidos, patés y escabeches. Las carnes ahumadas, los hongos, el piñon -semilla de la araucaria o pehuén-, salsas agridulces, chocolates artesanales, dulces o mermeladas de frutos rojos u otras frutas propias de la zona cordillerana como el michay; se fusionan con la cocina tradicional, adaptándose perfectamente al gusto y expectativas de los visitantes. Restaurantes, resto bares, pizzerías, rotiserías, confiterías, casas de té, pastelerías y chocolaterías son parte de una infraestructura preparada y pensada principalmente para el turismo.
También se pueden deleitar actividades que tienen que ver con el esparcimiento y con el disfrutar de la naturaleza a pleno, como por ejemplo, simplemente, tener la posibilidad de observar un paisaje que se acercaría mucho al paraíso.
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